Domingo
20 de septiembre de 1992, plena ocupación del Astillero por los Albatros,
una procesión encabezada por la imagen de la Virgen se acerca al Campamento de
la Vigilia instalado en los viejos portones del Astillero Río Santiago.
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Monseñor Juan Carlos Romanín |
El campamento en sí era un conjunto de carpas
levantadas por los trabajadores desde el viernes 18, cuando se enteraron de lo
ocurrido, y fue el punto de concentración para realizar intensas actividades de
difusión en la Región, donde recibir las incontables muestras de solidaridad y
permanecer aguardando el lunes hasta las 7 de la mañana, hora habitual de
inicio de actividades de la planta naval.
Hasta ese lugar y en esas horas aciagas con presagios
de tragedia, se acercó la imagen de la Virgen portada por una columna de
fieles, para consuelo y amparo de sus hijos.
En improvisada Misa de Campaña, el Padre Juan Carlos Romanín intercedió
por los trabajadores y su justa causa.
Hoy el viejo sacerdote abandona su retiro espiritual
para acercarles voces de aliento a sus antiguos parroquianos. Viajando en las
nuevas tecnologías el mensaje del Padre Romanín expresa:
“No dejen de defender su dignidad,
el trabajo estable, la justicia y la paz social.
Son derechos de toda persona de
todo hijo de Dios.
Me uno en la distancia con mis pobres
oraciones.
¡Un fuerte abrazo!”