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viernes, 14 de octubre de 2016

GASPARI DE ASTILLERO: La Tristeza de haber sido, el Dolor de ya no ser

Conforme avanza octubre el gobierno de Cambiemos y su representante en el Astillero Río Santiago, Ernesto Gaspari, profundizan el incumplimiento de los compromisos firmados en la última paritaria con los representantes de sus trabajadores.


El monitoreo a efectuarse en agosto, para cotejar los índices inflacionarios y corroborar si era necesario reabrir la negociación salarial, nunca llegó. Y eso que el gobierno macrista ya reconoce que la inflación anual alcanzaría un 40%, es decir, mayor de la estimada cuando se otorgó el aumento de 28 %. Y de la mesa técnica comprometida para resolver diversos temas, entre ellos el desfasaje salarial del sector jerarquizado, apenas tuvo un primer episodio con una vaga promesa de seguir “cuando haya nuevo ministro”.

ANTES DE CUMPLIR, MEJOR ME VOY

La pasmosa lentitud para cumplir promesas no es novedosa en los “revolucionarios de la alegría” de Cambiemos. Ya el anterior ministro Jorge Elustondo se había comprometido a resolver los problemas de Seguridad e Higiene tras el fallecimiento de un trabajador en enero de este año.

Elustondo se fue, víctima de los malabares vidalistas para parchar sus debilidades y gobernar la provincia. Sin embargo, el presupuesto para resolver el retraso tecnológico y el deterioro de las condiciones de trabajo recién comenzó a aparecer ahora… y en cuentagotas. De los 10 millones de pesos autorizados para la compra de elementos de seguridad, que debían haber llegado en marzo y aparecieron en septiembre, solo se concretó la compra por valor de 2 millones de pesos. Los otros 8 millones andan perdidos en la maraña burocrática del ministerio de Economía y entre las intrigas y peleas internas del Tribunal de Cuentas.

Y también llegó, aunque tarde para cumplir con el compromiso de Cambiemos ante Venezuela, el dinero necesario para pagar el retiro de los contenedores con el material para navegación del Eva Perón.

La aparición de esta aún paupérrima inversión es un pequeño triunfo obtenido en la mesa técnica del 25 de julio donde una delegación gremial, encabezada por las autoridades de ATE Ensenada, Francisco Banegas y Pablo Rojas, efectuó el reclamo ante las autoridades correspondientes. Eso y las gestiones realizadas por los trabajadores ante el ministerio de Producción.

UN HOMBRE MUY VIAJADO

Se afirma esto porque a quien realmente le correspondía hacer la gestión, el presidente Gaspari, se había tomado en esos momentos, 15 de días de vacaciones a apenas 2 meses y medio de gestión; y unas semanas después de haber ido a Venezuela. Algo que habla muy mal de quien se presentó como un hombre austero y de virtudes republicanas, ya que había sacrificado una lucrativa actividad privada para realizar un servicio al bien público asumiendo un cargo político.

Todo trabajador del Astillero con menos de 6 meses de antigüedad sabe que, por ley, sólo le corresponde un día de vacaciones por mes trabajado. ¿Este privilegio se deberá a que el “austero republicano” volvió agotado del viaje a la caribeña República de Venezuela donde firmó con PDVSA el acuerdo imposible de cumplir de entregar al productero Eva Perón en marzo del 2017?

Quizás ese período de descanso se lo tomó para cobrar fuerzas antes de viajar a Europa para asistir la Feria de la Construcción y Tecnología Naval que tuvo lugar en la ciudad alemana de Hamburgo.

Lo real es que el “austero republicano” se la pasó viajando mientras otros hacían su trabajo.

Y cuando no viaja, el presidente se dedica a asistir al Astillero,  acompañado por sus asesores, aunque no se sabe muy bien a hacer qué.

Si el contador Ernesto Gaspari fue un activo y eficiente CEO de Franco Macri que le permitió acrecentar la fortuna a su antigüo patrón, hoy ya es una sombra de lo que fue. Para el Estado bonaerense, hasta ahora, es un político deslucido que negocia sobre lo que no sabe y compromete un esfuerzo que no es de él.

Nunca sabrán realmente los operarios del Astillero cuál es su objetivo, si es que lo tiene, porque la fría y distante relación que mantiene no lo permite. Pero si realmente arribó al Astillero con la sincera voluntad de producir un cambio positivo en la Empresa, el anodino papel que hasta ahora juega nos hace intuir que es un CEO devenido en político,  que irremediablemente se encuentra cuesta abajo en la rodada. 

Precisamente lo que menos necesita el Astillero Río Santiago que se encuentra en un estado de Emergencia Laboral


Raúl Corzo
D.N.I. 12.314.313

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