Una de sus ultimas fotografías |
-¡Murió “la Gibello”!
¡Murió “la Gibello”- se pasaban la voz los viejos alumnos y algunos antiguos instructores
de la Escuela Técnica “Astillero Río Santiago. Es que había fallecido la Madre
de Plaza de Mayo, Noemí Gibello de Ogando.
Gibello de
Ogando era “Noemí” o “Chichi” para muchos, pero para estos curtidos
trabajadores del Astillero, hoy al borde de las lágrimas, sólo era “la Gibello”, su Profesora de Dibujo Técnico desde
1971 hasta que se retiró de la ETARS en 1987.
-¿Cuánto tenía?
- Y… ¡90 años!
Su hijo Gustavo, estudiante de
medicina, deportista de Gimnasia y Esgrima La Plata, tenía 23 años cuando fue secuestrado en su
departamento de Lomas de Zamora el 13 de mayo de 1977. Allí se había instalado junto a su esposa Victoria Navajas
Jáuregui, de 22 años, porque intentaba escapar de la represión en La Plata.
Las
fuerzas represivas lo fueron a buscar y lo asesinaron. María Victoria fue sacada viva, según el
testimonio de un vecino. Luego se supo que la llevaron al centro de
detención La Cacha. Desde ese momento ella fue una incansable
luchadora en la causa de los Derechos Humanos.
Recibiendo Diploma de Bachiller de Gustavo (Diciembre 1972) |
“A mi hijo fueron a buscarlo las fuerzas
conjuntas. Hicieron salir a toda la gente que vivía en ese complejo, en los
monoblocks, y lo buscaban a él y a la mujer. Hubo gases lacrimógenos, tiroteos,
y a él lo mataron ahí en el patio", contó Noemí en una entrevista. La casa todavía conserva los agujeros de
balas de ametralladoras.
Se recibió de profesora de dibujo en Bellas Artes y dio clases en distintos colegios. Así la conocieron en la Escuela Técnica Astillero Río Santiago de Ensenada.
VIVENCIAS DEL "COLE"
-¡Qué personaje! –recuerda uno- ¿Te
acordás que antes de comenzar el croquizado, hacíamos 10 minutos de relajación
y yoga?
-Si –comenta otro risueño- más
de uno se quedó dormido sobre el tablero de Dibujo.
Un tercero dice: -Si te agarraba
distraído te tiraba una tiza para que dejés de hablar y prestés atención-. Y se
frota la cabeza con la palma de la mano como calmando el impacto del “tizazo”.
Gustavo Ogando Gibello (23) y María Victoria Navajas Jáuregui (22) |
-Che, ¿y cuando fulano se
apareció con la lámina chorreada con tinta rotring y se la rompió?
-Y bueno, pero no podíamos patalear porque ya habíamos arreglado que iba hacer eso si el trabajo estaba desprolijo.
-¡Si habremos gastado en hojas romaní!
La pérdida de Noemí es un gran golpe anímico para las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, y también para la sociedad, ya que fue un ícono en la búsqueda por la Memoria, Verdad y Justicia, en relación a la última dictadura cívico-militar.
Pregonó con el ejemplo no darse por vencido jamás: Nunca encontró el cuerpo de su hijo pero vivió hasta el último de sus días en la esperanza de su restitución.