www.pescaypuertos.com.ar.- El crecimiento exponencial del comercio internacional, que en su abrumadora mayoría se realiza en buques a través de los océanos y que por lo tanto genera una inagotable demanda de construcciones navales, sumado a la característica netamente exportadora de commodities de nuestro país, establecen una coyuntura favorable para la industria naval nacional que no se puede desperdiciar.
Hay muestras que indican que algo de esto está ocurriendo. Es indudable que nuestros astilleros están funcionando mucho mejor que lo que se podía prever frente a la situación de quebranto que enfrentaron en la década de los ‘90.
Hoy en día se terminan barcazas en serie. Se encargan nuevas. Se comienza a movilizar la industria asociada. Sin embargo nada disipa la sensación de incertidumbre que rodea al sector.
Y es que no hay consenso. No hay acuerdo sobre que tipo de ley debe regir a la industria naval. Si una que incluya a la marina mercante o una propia. Por supuesto que tampoco hay consenso sobre si los representantes de los armadores deben o no entrar en la discusión de las políticas sectoriales de la industria naval.
Y esto hace mella en las estrategias a futuro. Porque tampoco hay acuerdo sobre quien debe ser el interlocutor desde el Estado. Ya que si es solo la industria naval, sin dudas que enfrente debe estar la Secretaría de Industria. Pero si los armadores participan, en la mesa también tiene que estar Ricardo Lujan.
Pero sobre lo que si hay acuerdo es que sin reglas y sin autoridad no puede haber industria, menos aún estrategias de largo plazo y un futuro programado es impensable.
Las jornadas que se están realizando en la UTN pueden ser un buen comienzo, pero es necesario que desde el gobierno nacional se atienda seriamente al sector antes que la coyuntura favorable se contenga con la oferta que otros países ya están construyendo.
El ejemplo de Brasil es elocuente. Proyectar un incremento del 700% en la inversión para la construcción de buques y la instalación y modernización de astilleros es hacer política.
Eso es lo que nos está haciendo falta.
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