“La Industria Naval Argentina corre peligro”, dispara en un tramo de la charla Domingo Contessi, en un momento donde el astillero que lleva el nombre de su padre se dispone a botar su 116° barco en casi 60 años de existencia. No es una apreciación al boleo, más bien una definición contundente.
Es que la situación del sector está “difícil”, según palabras del propio empresario. La falta de políticas nacionales para con la industria, los altos costos en dólares, entre otros puntos que uno de los referentes del Astillero Naval Federico Contessi y Cía. S.A. detalle la actualidad.
“Muchos dicen que el sector pesquero se queja pero sigue haciendo barcos. Hay que poner en contexto varias cosas. Porque el panorama para el 2012 es realmente muy complejo. Primero, cuando se encara un proyecto, se hace con uno o dos años de anticipación, donde la realidad seguramente era un poco distinta. El sector pesquero, del cual de un modo dependemos, está atravesando una crisis muy graves y con costos internos altísimos. Con retracción de compras en Europa, por la crisis que sufren. Es decir, en un corto plazo no hay ninguna señal que pueda variar nuestro panorama. Me refiero a los próximo siete u ocho meses”, analizó punzantemente.
Donde, al sector, una de las cosas que más le preocupa es “el incremento de los costos en dólares”, porque “como aumentan los valores de los barcos, también ocurre con los productos exportables. Entonces, llega un momento donde los mercados internacionales no pueden absorber esos precios. Si sigue así no van a comprar los productos argentinos”. Sumándose que el valor de un barco nuevo supera los dos millones de dólares.
Para entender un poco más la situación, contó cuánto sale salir a pescar en alta mar. “Depende el tipo de barco, pero para uno congelador y grande estamos hablando de unos 500.000 a 600.000 dólares. Mientras que uno más chico uno $200.000-. Pero si lográs $190.000 de producción y gastaste lo mismo o más para prepararlo, no sirve. Es preferible dejar el barco parado para eso”, dijo.
Sin embargo, no reniega de nada porque “para nosotros es más que un trabajo, es una vida, una pasión. No imaginaría nunca a mi padre (Federico), a sus 81 años, diciendo que va a bajar las persianas del astillero”.
Para sorpresa, no de él obviamente, confió que “nosotros estamos haciendo un barco que todavía no es de nadie. Lo hacemos para no tener que despedir a la gente. Tenemos casi 55 personas, más todos los indirectos que laburan con nosotros. Es un grupo muy grande”. Un “barquito” de unos 20 metros de largo. Mientras siguen haciendo algunas reparaciones de otras embarcaciones.
En ese sentido, indicó que “por lo general estamos construyendo un barco en siete meses, pero tranquilamente podemos hacer en 90 días. Depende de las exigencias del cliente. De los dos a cuatro barcos que estamos entregando por año, acorde a todas las tecnologías que disponemos, deberíamos estar en un número muy superior al actual”.
El rol del Estado:
Consultado por qué medidas debería impulsar el Gobierno Nacional, manifestó que “sabemos que este será un año donde van a quitar varios subsidios. Lo que enteré off de récord fue que se están analizando dos medidas que pueden golpear fuertemente a la Industria Naval. Una es la suspensión de un subsidio para todas las industrias que producen bienes de capital, donde se recibe un bono para el pago de impuestos. Donde a partir del 30 de abril se cortaría el régimen. Pero lo peor es que se elevaría la alícuota para las industrias bienes de capital del 10,5% al 21%. Eso es algo terrible para nosotros”.
Para también esbozar que “hace unos años, la Industria Naval tenía su peso específico en la economía nacional, ahora está reducido. A pesar que en los discursos se hable sobre la apertura de astilleros, lo cierto es que se ven pocas obras abiertas. Esto tiene que ver con una falta de política de política industrial, que vaya más allá de lo discursivo”.
Pero no se quedó ahí y tiró: “En Argentina no hay créditos para la Industria Naval , no hay ningún incentivo para el recambio de flotas. Entonces es muy difícil seguir existiendo en este contexto. ¿Por qué se fue contrayendo en los últimos 30 años? Porque se permitió que ingresaran barcos usados del extranjero, porque no había facilidades para el financiamiento, entre otras cosas”.( http://www.elretratodehoy.com.ar/ver_nota.asp?cod=19761)