Por estos días se conoció una nueva vuelta de tuerca en el sordo conflicto que viven los trabajadores del Astillero Río Santiago y las autoridades de la empresa. En pleno período estival ATE Ensenada se ha declarado en Estado de Alerta y Movilización, lo que representa el primer peldaño de una escalada de protestas gremiales.
La medida, se justifican desde el gremio, se debe “a varios factores, entre ellos el mal pago de las vacaciones, aguinaldo, la falta de agilización en la compra de materiales e insumos y trascendidos que vinculan nuevamente a la empresa con la flamante Secretaría de Servicios Públicos cuyo titular es Franco Laporta.”
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A Scavuzzo y su Gabinete de Asesores se les prende fuego
el Astillero y no saben como controlar el incendio |
El pago de aguinaldo y vacaciones es una erogacion prevista en el presupuesto, no deberían existir mayores dificultades para cumplir con estos compromisos. Desde las áreas que les compete el pago de sueldos y jornales alegan “errores en el proceso de liquidación”
-Si a todos nos pagaron mal en la misma proporción no hay errores… ¡Lo hicieron a propósito! – se indignan los afectados.
Quienes así piensan creen ver en la medida una “revancha” por la decisión de la asamblea de trabajadores que reclamó la partida de Héctor Scavuzzo como presidente del ARS y de su “gabinete de asesores” personificado en el contador Julio Borovik, ex. Gerente General y Oscar Borcerio, Secretario de la Presidencia.
Los trabajadores pidieron también que todos los cargos desde la Gerencia General hacia abajo sean ocupados por trabajadores de carrera. Haciendo oídos sordos a esto, el ex intendente de Pringles incorporó a un ignoto Oscar Mazocatto a cargo de la estratégica gerencia de Recursos Humanos y a un ex militar, sospechado por ciertos circulos como mínimo de encubrimiento del genocidio perpetrado por el Proceso Militar, como Jefe del Área de Monitoreo y Vigilancia Operativa.
¿Y LA PLATITA DE LOS VENEZOLANOS?
Astillero Río Santiago ha dejado de ser un Ente Administrador autarquico, tal como fue transferido a la provincia en 1993. La cuenta fiscal 50 008 que contenía los pagos de Venezuela para los buques “Eva Perón y “Juana Azurduy” ha sido vaciada y sus fondos transferidos a una cuenta única que también contiene dineros de otras reparticiones y está en manos del gobierno provincial. Ahora, para hacer uso de ese dinero, debe solicitarse autorización al ministerio de Economía.
Esto significa, por un lado, que Astillero no administra más el dinero de su principal cliente y por el otro, que esa plata puede usarse para cualquier requerimiento provincial dejando de ser exclusivamente para uso en la construcción naval.
Fuentes gremiales han expresado su preocupación:
-¿En qué se usa ahora la plata de los venezolanos? Porque, hasta ahora, los insumos no aparecen.
Este dato no es menor porque Astillero no ha facturado un solo centavo desde marzo del 2013 y más temprano que tarde PDVSA vendrá a Ensenada para verificar los avances de obra de dos buques que prácticamente están pagos en un 100% pero que distan muchos de estar terminados.
- ¿Es que nos quieren mostrar como ineficaces, deficitarios? –Mascullan algunos referentes gremiales - ¿Con qué objetivo? ¿Decir que no estamos capacitados para construir buques? ¿Subcontratar las obras? ¿Convertirnos en una empresa que solo brinde servicios de reparaciones o verificación técnica naval o mantenimiento de puentes y estadios?
LA PRODUCCIÓN NO ES UN SERVICIO
Estas preguntas se enlazan con las noticias que dan cuenta de las reformas que el gobernador Scioli prepara en su gabinete, entre las que se contemplaría el traspaso de Astillero Río Santiago del ministerio de Infraestructura hacia áreas vinculadas a los servicios públicos. Se pasaría así a ser parte de una super Secretaría de Servicios Públicos. (El Día, 12/01/2014)
De producirse lo anunciado representaría un traspié para ATE Ensenada ya que el ministro Cristian Breitenstein les había jurado y perjurado antes de fin de año que la planta naval se mantendría dentro de su órbita.
Estos anuncios ponen de punta a los trabajadores y sus dirigentes que aún recuerdan el gran debate que mantuvieron con el gobernador Eduardo Duhalde al momento de dejar la órbita de Nación para pasar a provincia. Duhalde tuvo la peregrina idea de insinuar que Astillero podía realizar cualquier trabajo, incluso construcción de vivienda.
“Somos obreros navales, no de la construcción”, se plantaron los delegados y la Casa de Gobierno “recibió la visita de los trabajadores” por varias semanas… y Astillero hoy sigue construyendo barcos.
NO HAY PEOR SORDO QUE EL QUE NO QUIERE OIR
Los desatinos de Scavuzzo y su “Gabinete de Asesores” están llevando a Daniel Scioli al borde de perder un blasón histórico: Ser el único gobernador de Buenos Aires que logró mantener las relaciones con Astillero y su sindicato dentro de los márgenes de la negociación. En sus discursos siempre ha destacado que, pese a los alertas que recibió al iniciar su mandato, sobre lo conflictivo del sector, el priorizó el diálogo con muchísimo éxito.
Los resultados están a la vista. Durante toda su gestión Astillero se plegó a las medidas generales convocadas por ATE Nación y Provincia, además de las dictadas por la central obrera donde revista (CTA), pero nunca tuvo necesidad de movilizarse hasta Plaza San Martín por reclamos propios.
Es tradición en el Astillero tender la mano a toda gestión que se inicia y asesorar como se debe gestionar en una empresa tan compleja como el Ente Naval. Cuando las pautas no se cumplen o la gestión no da los resultados esperados se comienza con las denuncias a través de volantes y solicitadas.
Si nada de esto da resultado, se exige el alejamiento de los responsables… que puede producirse con buenos modos o a los empujones, como ya lo vivieron el ex - interventor Hugo Bilbao, el ex - presidente Julio César Urien y el ex - gobernador Felipe Solá.
El ministro Breitenstein debería tomar nota de lo decidido por los organismos sindicales de ATE Ensenada y Astillero y obrar en consecuencia. De hacerlo con la premura del caso le haría un gran servicio al gobierno de Buenos Aires, bastante acorralado por el déficit fiscal, la inseguridad y los magros resultados electorales.